viernes, 18 de abril de 2014

Viaje a Cuba, primera parte: La decisión de ir


Con la convicción  de que sería un recorrido para recordar, cuando viajamos a Cuba registré un diario de viaje con los principales momentos y reflexiones. Llevo un par de años esperando tener tiempo escribir algo en base a mis notas, esperando tener algo tiempo. 


Hoy en los días en que menos tiempo libre encuentro, con un absorbente trabajo y un bebé que llena las horas restantes, creo que es el mejor momento para intentarlo, para aprovechar de relajarme unos minutos recordando esos días, reviviendo el viaje y viendo como he cambiado yo y mi vida. Sigo creyendo estas letras son más un ejercicio personal que un interés público, pero me imagino que mi hijo hoy con un mes de vida y quien me interrumpe entre párrafos para que lo tome en brazos, de algún día de con ellas, y me dan más ganas de dejar algo escrito. 

Hace varios años, y luego de pasados casi cuatro desde que terminé mis estudios de Psicología y empece a trabajar en empresas, coincidían en mi vida la capacidad de financiar un viaje más largo y lejos, con suficiente tiempo para tomar vacaciones extensas, la sensación de que me merecía un descanso, la energia joven para aventurarse y la ausencia de niños que facilitaba tomar algunos riesgos. Yo aun era de la generación que no tomó un año sabático, ni se fue a hacer trabajos de temporada a USA al terminar la Universidad, ni de intercambio a Australia o Nueva Zelandia mientras estudiaba, tampoco tuve vacaciones en Disney (ni aun me he animado a ir) y no conocía Europa. No me quiero explicar mal, no me quejo, disfrute de muchas vacaciones en Chile y algo de Argentina con mi familia y amigos, viajamos bastante por este largo país y acampamos muchas veces lo que disfruté ampliamente, pero parecía momento ya de hacer ese primer gran viaje fuera de Chile.

Llevaba casi dos años con mi pareja y no estaba tan claro que ella quisiera hacer este viaje, yo no quería postergarlo más y me decidí a viajar sólo. No fue una decisión fácil, pero ya comprados los pasajes Andrea cambio de opinión y resolvió sumarse con el sólo requisito de que paráramos un par de días en algún buen hotel playero para descansar. Me regaló una útil guía para el destino y con ello la decisión: nos íbamos a Cuba juntos. Este viaje que quizás pudo distanciarnos si me hubiese ido sólo, gracias a la resolución de mi ahora esposa, nos unió mucho más, escribió parte de nuestra historia y forjo algunos de los cimientos de nuestro matrimonio.

La elección del destino fue con poco conocimiento detallado aún, pero con la idea de que era un lugar diferente, un país con una cultura única, con paisajes y climas que valían la pena conocer, y con un Fidel cada vez más enfermo y una creciente apertura internacional que hacia pensar que este rincón comunista pronto cambiaría. No tengo un apego a esta ideología, pero si una profunda curiosidad de una isla capaz de mantener una cosmovisión diferente, había que conocerlo antes que dejara de ser lo fuese que fuera.

Del viaje habían pocos planes claros, una fecha de ida y otra de regreso casi un mes después, un par día de hoteles en La Habana, las guías Audi y Lonely Planet, algunas notas de Internet, las ganas de recorrer la Isla en extenso pero con la terca decisión de no visitar Varadero, ya que casi el 100% de las personas que conozco en Chile que fueron a Cuba hicieron itinerario Habana / Varadero y se formaron una opinión restringida de la pobreza en La Habana y luego la olvidaron ahogada en el el alcohol y tapandola con bronceador en un all inclusive  frente a la playa en Varadero. 

Encontramos poca información precisa de lugares por conocer fuera del circuito turístico, en cambio aparecieron bastantes mitos de que podría ser peligroso o la falta de servicios y transporte, que no funcionaban las tarjetas o no hay farmacias, que no encontraríamos hospedaje, que lleváramos jabones para hacer trueques, que no se podía hablar de política y cuantas cosas más. 

Las guías de viaje especialista son las que más hablaban de esta República, pero costaba imaginarlo bien, daban datos para quedarse en "casas de cubanos" pero ¿cómo era eso? ¿no se supone que esta prohibido?. Para ser una Isla de de 110.860 kilómetros cuadrados se sabía bastante poco en Chile, lo que de alguna manera hacia más atractivo el viaje hacia algo desconocido y nos hizo prepararnos mentalmente para todo.

Con poca claridad, teníamos algunos objetivos claros: Visitar alguna playas menos famosos y pobladas, recorrer el tropical país al máximo posible, acercarse a la gente y  la cultura, encontrarse con el lado más rural, e idealmente lograr llegar a Baracoa. Este último es uno de los puntos más aislados ubicado a cerca de 100 kms de Guantanamo y 200 de Santiago de Cuba, en ese tiempo aun bastante desconocido para el viajero regular y donde se supone piso tierra Colón al llegar a America y habría dejado su cruz, así aquí donde uno supondría encontrar la Cuba más pura y honesta, menso intervenida y afectada por la creciente ola de visitantes.

Así, con un par de libros guía de viaje, uno que otro dato, una breve reserva en La Habana, las mochilas llenas de cosas que podríamos necesitar (en ese tiempo aun viajábamos con mochilas...), algunas mascarillas para el avión por el pánico mundial a la gripe aviar que había en 2009, un cuaderno para notas, la mente abierta y el entusiasmo por esta pequeña aventura, emprendimos vuelo.




domingo, 27 de enero de 2013

Isla de Pascua en 10 Días: Mucho por hacer

Cuando decidimos ir por 10 días a Isla de Pascua, lo hicimos de manera liviana, sin tener un plan claro. Es lo que parecía un tiempo suficiente para descansar, ni mucho ni poco, lo justo para una luna de miel luego de todo el ajetreo del matrimonio.


Ya comprados los pasajes cuando lo comentamos, casi todo el mundo dijo que era mucho, que nos ibamos a aburrir, que con 5 días era suficiente. Me pareció raro, ¿como puedes agotar en cinco días una cultura diferente, un centro turístico famoso, un asentamiento desconocido, un lugar donde la gente vive toda su vida y tanto continentales como extranjeros se enamoran y se quedan a vivir?. Una pocas personas dijeron que la isla no era para todos, y nos aferramos a esa idea... en realidad a la idea que cualquier se puede aburrir donde sea o pasarlo bien en cualquier parte.


Llegamos el 30 de abril al ombligo del mundo con poca investigación del lugar, un libro guía que me regalo Pia mi hermana, una reserva de cabañas por dato Toño, un cercano del trabajo. Llevé mi licencia de buceo recién adquirida, Andrea mi ahora esposa llevó su toalla de playa y teníamos par de datos generales.




Isla de Pascua o Rapa Nui para los locales, es parte de Chile y es mencionada normalmente como el lugar habitado más aislado del mundo estando a 3700 kms del continente y 2.086 kms de la isla vecina habitada  (en realidad el lugar más aislado del mundo es la Isla Tristán de Acuña, con 50 habitantes y 2.430 kms del otro lugar habitado).  Con un clima subtropical, salta en esta época de días de calor sofocante y húmedo, a días fríos. De sol a lluvia torrentosa.


Es un lugar tranquilo donde el tiempo transcurre lento, aunque es pequeño hay mucho que hacer, pero es recomendable no correr, aprovechar de tomar el pausado ritmo isleño, disfrutar los momentos y repetir las cosas que más agraden, dedicar tiempo a ver, pasear, conversar y dormir siesta. Para el tamaño del lugar, la oferta gastronómica es amplia y vale la pena probar. Es recomendable arrendar un jeep y aprovechar de pasear, recorrer, ir por un camino y volver por otro, y un rato a la playa y seguir andando. 



¿Que se puede hacer en 10 días? Un resumen de nuestro itinerario, no muy detallado, pero para dejar una idea de que hacer y dar registro de los datos que varias personas me los ha pedido.

  • Día 1, Lunes  : Llegada en la tarde, nos fueron a buscar a Mataveri (Aeropuerto de la Isla), dimos un recorrido por el centro llevados amablemente por Verónica nuestra anfitriona de Cabañas Marae. Las cabañas cómodas y bien equipadas, y sus dueños muy amables y buenos consejeros para planificar que hacer. Cenamos en Hetu U, bueno pero no nos sorprendió. 
  • Día 2, Martes : Reconocimiento general de la isla, presentación en Centro de Buceo Orca, empanadas de atún en "los carritos", lejos las mejores (frente a la caleta, al lado de la cancha). paseo por Tahai que es uno de los Ahu de Moais más bonitos como parque, un rato de playa en Anakena y un asado en la noche en la cabañas.
  • Día 3, Miércoles: Compra de frutas tropicales en el mercado e intento frustrado de comprar pescado fresco, visita a los centros de artesanos y algunas compras en la tiendas del centro, empanadas de atún donde la Tía Berta (bien ricas también), una buena siesta. Atardecer en Tahai con un aperitivo lo que fue lejos uno de los mejores y más románticos panoramas por el que agradecemos el dato a Toño, lo que repetimos muchas veces.  Cena en Te Moana, bien bueno, aunque caro también. 
  • Día 4, Jueves: Paseo por la caleta, segundo intento frustrado de comprar pescado, paseo a un cráter volcánico con una laguna en su interior llamado Ranu Raraku, la impresionante cantera de Moais y el imponente Ahu Tongariki. Un rato de playa en Anakena, paseo por las cuevas en Ana Kakenga, atardecer en Tahai con unas cervezas, empanadas donde Tía Berta. Finalmente de fiesta en Pub Topatangi, un sencillo lugar para tomar un trago, escuchar música del grupo homónimo y terminar bailando eufóricamente al ritmo pop de música pascuense sin saber ni como, muy recomendable.
  • Día 5, Viernes : Tercer intento frustrado de comprar pescado (al parecer hay que llegar bien temprano), caminata desde al centro a Orongo que es una aldea ceremonial con otro cráter volcánico con una laguna en su interior. Atardecer en Restobar Miro con un Mago Sour y pizzas, sencillo pero muy bueno el lugar y también la vista, está cerca del cementerio si mal no recuerdo. En la noche, cena de Umu (curanto pascuense en hoyo) y show de baile en Te Ra´ai, muy recomendable.
  • Día 6, Sábado: Logramos comprar Atún a las 7.45 am, impresionante buceo, almorzamos filete de atún cocinado por mí para almorzar, larga siesta, paseo de compras, asado en las cabañas a la luz de la luna llena. 
  • Día 7, Domingo: Misa de 9 completamente cantada en Rapa Nui, no somos religioso pero nos recomendaron ir y fue una excelente idea. Buen desayuno en Maiku Ra`a, paseo al enigmático Ahu Vinapu (o Tahira) con su cortes de precisión Inca, un tiempo de playa en Ovahe y Anakena, paseo a la cueva de los plátanos, atardecer y anochecer estrellado con Champagne en Tahai, empanadas de horno frente la iglesia.
  • Día 8, Lunes: Amanecer en Ahu Tongariki, otro impresionante buceo, ricos helados en Micafe (al lado de Orca), almuerzo empanadas en "Los Carritos" aunque no quedaba de atún, paseo al Buque Escuela La Esmeralda que de casualidad pasaba por la Isla. Cenamos Rape Rape (pequeña langosta local) y pescado en Tataku Vave, un restauran recomendado por Pia que nos costó encontrar, está detrás del muelle de Caleta Hanga Piko, muy bueno y buen precio.
  • Día 9, Martes: Otra mañana de buen buceo, empanadas de atún en "Lo Carritos", paseo al famosa Te Pito o Te Henua (piedra redonda ombligo del mundo), el Moai gigante, atardecer en Anakena y cena en las cabañas.
  • Día 10, Miércoles:  Extensa cabalgata al punto más alto de la isla para ver la curvatura de la tierra, un rato de playa en Anakena y asado en sector de picnic de la playa. En la tarde noche pasamos a pastelería Caramelo, excelente lugar.
  • Día 11, Jueves: un rato breve de ferias artesanales, y regreso al continente. 


Otras cosas que no alcanzamos a hacer y sonaba bien: Aprender a surfear, ir a bailar a Piriti, seguir recorriendo huellas y caminos que se pierden en la isla, visitar la cárcel, conocer el museo, recorrer en bicicleta, dar vuelta a la isla en velero. También falto lograr conocer más a la gente, es un cultura híbrida que ha recuperado su idioma y reconstruyen sus costumbres, la gente es amable pero muy distante.


Fue un muy buen viaje, es un lugar especial la isla y lo que veas de ella dependerá de quien la mire.







martes, 10 de julio de 2012

Matera y Taormina: El Cálido Sur de la Bota Itálica

Llegar a la mediterranea Matera no es lo más popular para quienes viajan a Italia, la cantidad de turistas disminuye, los atractivos publicitados son menores y la distancia para llegar aumentan, a medida que uno "baja" por la bota y se acerca a Africa el calor aumenta, se tiene la sensación de encontrase con otra Italia. Todo se ve diferente, la vegetación envolvente que acompañan la ruta desde el norte se acerca cada vez más al piso y va desapareciendo para  dejar ver poco a poco tierras más áridas y probablemente menos ricas en recursos naturales para la recolección, sobre todo en los territorios más lejanos de la costa. Sus caminos también se deterioran con la distancia, disminuyendo la señalética, los controles electrónicos, peajes, cantidad de pistas y calidad del pavimento. Entonces ¿por que llegar a Matera?: Inicialmente por sus casas Sassi, esa fue nuestra razón para llegar ahi, pero volvería a ir por otra razón: Manuela y Paolo, los mejores anfitriones de toda Italia.


Llegamos a la región de Basilicata y en el límite con Apulia [Puglia] se encuentra Matera, literalmente tallada en roca. Es la de mayor historia griega, y de las más lejanas de Roma. Uno supone que su distancia física y durante varios periodos también política, sea también una distancia cultural que mantenga estos lugares con caratersisticas de asentamientos fronterizos, donde se confunden las identidades y las adhesiones sean más nominales que escenciales. Creo que fue Carlos Franz quien comentaba una vez que es en las fronteras donde se encuentran los ritos más puros, como repeticiones de forma a veces casi caricaturescos.


Llegamos - previa reserva - al B&B Casastella, lugar donde madre e hijo sin hablar una pizca de español o inglés, se las arreglan para comunicarse con sus pasajeros con el lenguaje más puro de todos, la simple calidez humana. Manuela y Paolo son las personas más acogedoras que conocí en toda Italia, con una simpatía envidiable y una acogedora y muy bien reacondicionada (con excelente gusto) casa Sassi, volvería a ir para compartir mas tiempo con ellos.



Matera, es un lugar especial, donde aun se mantienen los dialectos originales. Menos cosmopolita y más simple, con una tranquilidad, silencio y paz que llega casi al abandono, y en la que se reconoce una pobreza histórica con la que se ha convivido y no se su oculta. Su principal atractivo turístico son las casas Sassi,  son el reacondicionamiento de cuevas esculpidas en roca,  un asentamiento con orígenes prehistoricos que fue evolucionando muy poco y siguió habitado hasta los años 50, luego de 9000 años, fue convirtiendose en un foco de pobreza que acompañaba a la "nueva matera" sobre la quebrada. Re-ubicados sus ocupantes, el desalojado lugar tomo fama gracias a la suma del apoyo de Unesco por recuperar el sitio y la Hollywoodense producción "la pasión de Cristo" que se rodó en el lugar, llevando al mundo la sencilla pero muy atractiva belleza de está quebrada. 





Cercano al lugar se pueden recorrer los campos áridos del sur, y llegar a algunos atractivos como las casas Trulli, extrañas casas como de cuento que no valen mucho la pena el viaje de más de urna hora (yo insistí en ir y me lo cobrarán el resto de la vida).

Personalmente, me gustó Matera. Me atrajo mucho recorrer los extensos barrios Sassi de día y de noche, entre escaleras y cuevas, lugar en que además se han instalados algunos hoteles y restaurantes que tienen su atractivo especial si romper las paz de lugar. Además, hay un sector de pub´s bastante agradable para aprovechar la cálida noche al aire libre. Ahora bien, lo mejor de todo nuestros ya citados anfitriones.

De Matera seguimos a Taormina en Sicilia, este es un balnerario al que vale la llegar. Con una doble ciudad, un pequeña costera unida por un teleférico a una comercial y habitacional montada al cerro, es una excelente combinación. El nivel de su comercio tiene poco que envidiar a Milán o Verona, aunque en menor escala es un pequeño pero lujoso lugar de veraneo con buen clima asegurado casi todo el año. 




De Taormina pasamos brevemente por Palermo, dejando el fiel Fiat Panda en el aeropuerto de esa cuidad para regresar en vuelo Roma de paso y luego Chile. Inolvidable viaje por todo el país.


sábado, 30 de junio de 2012

Costa Sorrentina de Ensueño

Sorrento se encuentra en una de las penínsulas que cierra el golfo de Nápoles, y toda la península es nombrada en su honor, aunque algunos hablan de manera independiente de la Costa Amalfitana. Esta península tiene una geografía accidentada, con escarpadas subidas, quebradas y toda una costa de acantilados que la caracteriza y desde los que cuelgan algunos poblados y varios hoteles. Acompañan a Sorrento, lugares como  Amalfi, Positano y poco distancia en el mar la famosa Isla de Capri.


Sorrento es agradable, con mucha gente, pero agradable. Es un lugar vacacional de menos fama que sus compañeras aunque por la misma razón un buen lugar para quedarse a mejor precio, y con embarque directo a Capri o si se quiere taxis acuáticos a Amalfi y Positano. 



Si vas en auto, puedes maximizar esta relación precio / distancia quedándote un poco más lejos de la costa hacia los cerros (que es lo que nosotros hicimos). Nos quedamos en Relais Diana, el lugar es bastante bueno, a un precio razonable y con una gran vista, aunque un poco difícil de llegar. 

Si bien pensábamos pasar por Nápoles, luego de variados avisos de que es un lugar de cuidado - advertencias tanto de personas que han ido como de los mismo guías italianos -  y de recordadnos que "Nápoles está lleno de Napolitaones", terminamos por saltarlo. No creo que se una tema de Napolitanos, creo que puede ser más algo de la cultura porteña alrededor del mundo.

Llegando a Sorrento ya te enteras de quien manda en las calles. Las motos tienen preferencia ante todo, sea por que son más, por sentido común respecto a quien es más fragil, algún tipo de convención o alguna ley como la marítima donde el vehículo menor tiene la preferencia. Resulta que aquí las motos circulan como si no hubiera nadie más, repletan las calles, se cruzan por doquier, van contra el trafico asumiendo que los otros dejaran espacio. Lo curioso es que nadie se queja, y no se ven accidentes, de alguna manera funciona, y pronto uno se acostumbra. 

Pequeñas motonetas, antiguos Fiat 500, algunos smart y utilitarios montados sobre bases de motos suben las escarpados caminos y bajan a toda velocidad por los serpenteantes caminos entre olivos que crecen como la mala hierba, en un lugar donde no se ven muchas bicicletas, y no es de extrañar, la peninsula de Sorrento es un lugar de encumbrados  y angostos caminos y quebradas, geografia que la caracterisa sobre todo por los acantilidados que dan al mar. 

Como estábamos más lejos del centro, nos encontramos con más vida de barrio, había una fiesta que no entendimos bien de que era organizada por los mismos vecinos, muy grato. 
  
La Isla de Capri es de ensueño, arquitectura mediterránea, vistas maravillosas. Lamentablemente tuve un desencuetro con los encargados de embarcaras a la "Gruta Azul", se lleno nuestro bote y el siguiente lo desechamos luego un rato de espera.  Este sumado a la aglomeración de turistas en el funicular, y el centro apestado de grupos de turistas siguiente a un guía con paraguas levantado, haciendo el quite a los vehículos que cargan maletas de los lujosos hoteles me amargo un poco la tarde (más de lo que ameritaba la situación) . Es difícil arrancar de la turirstas, sobre todo si estas en un lugar turístico, hablas otro idioma, estas de vacaciones y llevas una cámara al cuello. Con la paciencia de Andrea y luego alejarnos un pocos de las calles principales, todo mejoró. Capri es la capital de las vistas y los limones. Lo mejor del día: cerveza y pizza en la costanera.

Desde Sorrento se llega a Amalfi y Positano, a este último dedicamos más tiempo y quedamos enamorados del lugar, caminas por casas y hoteles antiguos que cuelgan de los riscos, y envuelven una pequeña playa pedregosa y transparente. 

Si yo fuera millonario y no necesitara trabajar, creo que no viviría en una mansión con auto de lujo en la puerta, lo haría colgando desde algún risco de Positano y conduciría una Vespa. 

viernes, 3 de febrero de 2012

Viaje al pasado en Pompeya

Si Roma es la "Ciudad Eterna", Pompeya podría se la "Ciudad Sin Tiempo", me hubiera gustado más el seudónimos que le dieron a Roma, pero llegué tarde y ya está ocupado.

Congelada en el 79 DC, ésta ciudad que fue principalmente un núcleo comercial y vacacional es hoy es un museo interactivo del pasado,  un viaje en el tiempo.

Fuimos conduciendo desde Sorrento pensando en estar un par de horas y luego irnos a la playa en Positano o Amalfi, sin embargo el lugar nos atrapó y nos quedamos toda la tarde. Estacionamos casualmente medio desorientados en la salida por "Villa los Misterios" donde aprovechamos de comprar un libro con mapas e historia que fue de gran utilidad en vez de audio-guías, y quedamos perfectamente ubicados para que al salir agotados después de caminar más de 4 horas llegáramos directo al auto. 

Desde el comienzo por la "Vía Marina", la sensación de caminar por calles con un par de miles de año es única, pero la idea de que hay una ciudad completa es aun más atractiva. Así empezamos a recorrer, entrar por una calle y salir por otra, y siempre hay más. Centros cívicos, templos, casas y centro deportivos, avenidas y callejuelas, es interminable y el tamaño permite que un lugar tan turístico a nivel mundial la gente se distribuya a su antojo y puedas estar a ratos totalmente solo en este entorno. Puedes ir a los puntos principales, pero también puedes simplemente estar. 


Pompeya se ha intentado borrar varias veces de la historia y la memoria, por un terremoto en el 62, la erupción del Vesubio en el 79 y según se dice en 1550 por el puritanismo de Domenico Fontana quien luego de re-descubir el lugar lo habría ocultado por los eróticos hallazgos. 

Efectivamente cuando oficialmente es re-re-descubierto en 1748, junto con aparecer una ciudad de un desarrollado urbanismo y la impresionante indemnidad de muchos de sus edificios, aparece un lugar con un notable culto a lo sexual que se expresa en las pinturas publicas y sus prostíbulos, estos últimos evidencian en su estructura lo funcional del acto con pequeños dormitorios (casi cubículos) con camas de piedra que dan a un pasillo de paso. Así todo está articulado en lo justo y necesario para la ejecución rápida del explícito objetivo, muy diferente a los burdeles que uno imagina de la época colonial nacional donde todo una escenografía de fiestas y eufemismos sonaban al son de un piano. Se expresa de esta manera parte de la deshinibida cultura de Pomeya. 


Junto a la sensación de haber saltado 2000 años atrás al pasear por sus calles, es impresionante la conservación de varias de sus casas completas con sus mosaicos y pinturas en las paredes, donde yo estaría feliz de vivir aún en nuestros días.






Finalmente algo que impacta, es ver los cuerpos que gracias a la técnica de Guiseppe Fiorelli quien llenó de yeso los huecos dejados por la carne y huesos inmovilizados en las cenizas, es que hoy podemos ver la reconstrucción del los Pompeyanos al momento de la erupción, hasta el nivel de sus expresiones. Es conmovedor ver estas momificaciones, que han han traído en este salto temporal el sufrimiento de una catástrofe natural contando una historia frente a la vista de una manera pocas veces narrada. Junto a la impulsiva necesidad de tomas algunas fotos, luego la escena llama al silencio y el respecto.


Pomeya es un lugar para descubrir con calma y buenas zapatillas, para detenerse a vivirlo. Esta ciudad interminable para el turista y el arqueólogo sigue teniendo muchos secretos ocultos detrás de una esquina o enterrado bajo cenizas. Las obras de reflote están bastante detenidas ya que se ha vuelto casi imposible preservar todo lo que ya está desenterrado, lo que significa que seguirá guardando novedades para futuras generaciones. 

sábado, 8 de octubre de 2011

Bajo el Sol de Toscana

Lamentablemente no he visto la película “Bajo el Sol de Toscana” que todos me han comentado a propósito del viaje, pero según algunas criticas que leí parece que no es un film imperdible. Ahora bien, sin conocer el detalle del famoso titulo puedo decir que estar bajo este sol es un placer.

Toscana es gran lugar que tiene de todo, un buen tramo de costa, la cuna del renacimiento en Florencia, antiguas ciudades de raíces etruscas como Siena, torres inclinadas y todo el sector de campos y pueblos rurales que se esparcen por cerros y valles, y que de en cuando en cuando sorprenden con amurallados medievales totalmente vigentes y habitados.

Aquí llegamos luego de una seguidilla de lugares de gran afluencia, habiendo pasado entre otras por Roma, Milán, Venecia, Verona y Bolonia. Estábamos ya un poco cansados de grandes ciudades, tráfico, museos y aglomeraciones de turistas que llenan los lugares sea por su cuenta o peor aún agrupados siguiendo un paraguas que lleva levantado el guía para que no se confundan de grupo. ¿Qué pasaría si alguien se confunde de grupo? ¿le cobrarán doble? ¿imposibilitado de volver a encontrar el paraguas de su guía tendrá que quedarse con el nuevo grupo para siempre y olvidar su antigua vida? ¿lo rechazarán y quedará eternamente perdido como un alma en pena, sin saber como volver a su hotel y tratando de encontrar un grupo que lo acepte?, es un gran misterio.

Volviendo a Toscana, llegamos a nuestro hospedaje en localidad de Chianti, el lugar llamado Fattoria di Rignana es una granja del siglo XI al que se llega luego de conducir entre viñedos, bosques y pequeños poblados. Al bajarse del auto uno tiene la sensación inmediata de estar en el lugar correcto, una gran casona antigua de campo excelentemente conservada y restaurada sin perder lo rústico. Esto en un pacifico entorno, con olor entre vino pasas en el aire y una piscina con vista panorámica a los cerros llenos de viñas en sus laderas al estilo típico de Toscana hasta que se pierda la vista. Con esto y considerando lo cansados que estábamos de las muchedumbres y  la urbanidad, resulto ser un lugar perfecto.

Fattoria di Rignana fue sin duda junto al de Milán, el mejor hospedaje en que estuvimos en toda Italia, y su vino Chianti Rignana Reserva del todo recomendable, del que puedes sacar a la hora que quieras una botella y te anotas en una lista basada en la confianza para la cuenta el día que te vas.

Desde Rigniana recorrimos Toscana, donde manejar por sus caminos es toda una experiencia. Uno se olvida que cerca de grande urbes existen tan extensos terrenos rurales, con muy poca circulación de otros vehículos, caminos serpenteantes que suben y bajan de los cerros haciendo curvas de casi 180 grados en una pista y media, o veces una. Si te gusta manejar y las vistas campestres, este es un lugar muy entretenido para la conducción, donde además de vez en cuando atraviesa el camino una ardilla, una jabalí o un siervo, lo que mejora aun más el panorama.



Uno de los lugares a los que fuimos es el poblado de Greve in Chianti, es encantador, muy pequeño, extramademente tranquilo y muy lindo para caminar por él. Entre calles empedradas que suben y bajan, y casas estilo retablo que emparedan la vía, es exactamente el pueblo que uno puede imaginar de Toscana. Es curioso que aunque en baja proporción,  no falten ni siquiera aquí más de alguna tienda de joyas o ropa de última moda más famosas del país, lo que terminamos de entender es una característica de Italia.

El entramado de caminos es tal que sin un GPS aún estaríamos dando vueltas tratando de encontrar nuestro hospedaje, pero aprovechamos el dispositivo para sumergirnos en la telaraña y lo configuramos para evitar carreteras y peajes, lo que nos llevo por esplendidos caminos. Así pasamos por ejemplo por Montefioralle, un pequeño pueblo amurallado y totalmente peatonal que tiene el aspecto de un castillo medieval, del que existen registros desde el 1085 y durante la Edad Media fue uno de los mayores centros militares y administrativos de la zona. No aparece en las guías, nadie lo mencionó en ninguna recomendación, y es una de los lugares mas bellos de Toscana.

Montefioralle

Otro lugar más turístico es San Giminiano, también con apariencia de castillo medieval pero un poco más grande y lleno de torres con las que se competía en la apoca para demostrar el poder, es un imperdible aunque vuelven las aglomeraciones y tiendas de souvenir. Pasamos aquí también por el museo de la tortura y el de la pena de muerte, nada del otro mundo como museos, pero sobrecoge ver los instrumentos y entender más de cerca el sadismo de la inquisición y recordar los niveles de salvajismo a los que se puede llegar cuando el poder, la justicia y su administración se encuentran juntas en la misma mano y frente a otro que al se le define como enemigo.

El centro de Siena es muy bonito, tiene un centro histórico antiguo hoy muy comercial que es entretenido y no alcanza a agobiar, pero luego de haber pasado por los otros lugares le prestamos poca atención a decir verdad.

Florencia debe ser impresionante, pero con el ánimo que traíamos y nuestro nuevo espíritu de Toscana, no la disfrutamos tanto y queríamos irnos pronto, con un poco de cargo de conciencia por querer salir de tan famosas ciudad. Recorrimos un poco, vimos el Duomo y pasamos por el Puente Vecchio (que quiere decir viejo, no bello). Estuvimos mucho más tiempo en la Galería de los Uffizi y es increíble la cantidad de obras importantes que hay, es del todo recomendable ir con mucho tiempo y ojala estudiar un poco de historia del arte y las principales obras de antemano. En comparación a Florencia y en virtud de nuestro estado de animo fue más agradable Pisa, pasar un rato a la sombra de su torre inclinada y un atardecer en sus costas. La torre es más pequeñas de lo que imagine, más inclinada y mucho más bonita, si no estuviera inclinada seria menos famosa, pero no dejaría de ser una atracción.

A pocos pasos (literalmente) de Fattoria di Rignana donde nos quedábamos se encuentra Cantinetta di Rignana, un excelente Restaurante que comparte el estilo de nuestro hospedajes en sus instalaciones y vistas, y le agrega un calidad de cocina excepcional. Aquí comimos los mejores platos de toda Italia, de los que cabe destacar en sus pastas Tagliatella al Pesto y Tagliatella al Tartufo (primera vez además que probábamos las trufas), en antipastos la Tabla Toscana con un deliciosos paté de hígado de pollo y  la carne en varias alternativas. Platos para no olvidar y por los que bien valen la pena llegar hasta tan apartado lugar. Si además tienes la suerte de que te atienda Fabrizio la experiencia se completa, es un simpático garzón que se las puede arreglar solo con todas las mesas, recomendar platos y conversar además animosamente con todos como si fuera el dueño y quizás incluso compartir una copa de Grappa con los comensales por cuenta de la casa.


Toscana y en particular Rignana es un lugar inolvidable, lleno de paisajes, sensaciones, sorpresas, olores y sabores. Definitivamente un lugar para volver.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Romanticismo Entre Canales. Navegando Por Venecia, Murano, Burano y Torcello

Siempre quise conocer Venecia, desde niño cuando vi un documental quedé encantado. La idea de una ciudad que tuviera canales en vez de calles y lanchas en vez de autos, sumado al acervo artístico y la complejidad de tener construcciones en un lugar así me maravilló.

En su minuto entendí que todo esto fue fruto de inundaciones, pero parece que en mi cabeza pueril mezcle la historia antigua con inundaciones recientes, lo cierto es que fue hecha sobre islas, muchas pequeñas islas, con terrenos un poco pantanosos y canales  que se formaban en estos archipiélagos, y que ha sido victima si de un par de inundaciones con algunos daños considerables en su historia reciente.

Desde nuestro hospedaje en Mestre llegamos a Venecia, y la sensación es la de estár en un lugar único, toda una experiencia en si misma difícil de describir. Ya desde la idea de atravesar las calles por puentes y tomar locomoción colectiva en grandes vaporettos o privados taxis acuáticos, cambia la manera de pensar el mundo, esto antes de ver nada. Luego, al empezar a adentrarse en los canales, impresiona su arquitectura e ingeniería. Montar un palafito en Castro es una cosa difícil (sobre todo considerando el clima chilote), pero montar palacios en zonas pantanosas es un desafío al sentido de realidad.

  

En Venecia tienes distintas opciones, puedes recorrer canales, iglesias, museos, seguir rutas gastronómicas, tours de compras sea de souvenir como de tiendas de ultima moda, o simplemente entregarte a recorre sus calles (sí hay calles peatonales) y crear en el camino tu propia historia romántica. Nosotros nos dedicamos principalmente a esto último.

Cuando paseas por las calles, es difícil decidir a donde mirar, todo parece un cuadro digno de colgar en la sala, finalmente y especialmente si vas en pareja, lo mejor es tomarse de la mano y avanzar. Los canales que se adentran en los barrios acompañados de laberintos de aceras y puentes invitan a seguirlos perdiéndose en el interior, todo esto enmarcado por casas y edificios de fachadas descuidadas que armonizan con la escena.  El entramado hace posible que se recorran todos sus principales barrios a pie, tarea que hicimos y es del todo recomendable, la Plaza de San Marcos es impresionante y bien vale la pena dedicarle un tiempo, pero cuando te alejas algunas cuadras aparece una ciudad más apacible y disfrutable.
Venecia

Tomar una góndola es sin lugar a duda un imperdible, dicen que se puede negociar con lo gondolores, pero luego de un par de intentos recordé por que soy psicólogo y no comercial. Finalmente tomamos una góndola que ofreció una ruta por quien sabe donde, pero la ruta es lo de menos, es el paseo lo que importa, esto fue toda una experiencia que da par otra página completa, o mejor aún contarla con un vaso lleno.

Desde Venecia, seguimos con Murano. Este lugar un poco más tranquilo se parece bastante en una menor escala, y su atractivo principal son los talleres y tiendas del famoso Cristal de Murano. Los artesanos fueron exiliados durante el día a estas islas un poco más alejadas por el peligro de sus hornos. Vale la pena recorrer, y ver a alguna maestro convirtiendo vidrio caliente en figuras todo indole, trabajo realizado a mano alzada tan naturalmente que parece que fácil. Ahí animales de cristal que mientras los vi en la vitrina me seguían pareciendo un adorno recargado tomaron una belleza diferente, aun los pondria en mi mesa de centro, pero tienen todo mi respeto. La oferta es muy amplia para quien quiera comprar o mirar algunos inalcanzables, hay tiendas de diseño y calidad artística que son admirables.

De Murano saltamos a Burano. Siempre siguiendo la lógica de los canales, repite la estructura pero en una relación aun más pequeña. Es un lugar encantador que pasados dos filtros de turistas, aparece muy tranquilo e invita a caminar despacio y sentarse tomar algo o simplemente disfrutar de la sombra de algún árbol, ya que aparecen aquí en algunos sectores pequeños parques y casas con patio. Ahora, lo que más llama la atención es que a diferencia de Venecia y Murano, todo se llena de color. Desde la pintura de las fachadas hasta las ropa que cuelgas de las ventanas todo confabula para hacer un arcoiris que rodea su sistema de canales. El atractivo es tal, que creo que varias fotos que se ven alusivas a Venecia, son tomadas en Burano.

Burano

Finalmente llegamos a Torcello que ya es un lugar prácticamente deshabitado. Es la versión rural de Venecia, de urbanización reciente en sus aceras pero respetuoso con el entorno, es un lugar campestre,  de predios agrícolas o de agrado con buena parte sin uso aún. Ideal para llevar un libro, sentarse en el pasto al lado de un canal y pasar el día como si se estuviera a muchos kilómetros de distancia de unos lugares más turísticos que existe.

Se que se considere el romonticisimo como movimiento cultural que se revela contra lo establecido y la razón, o a su acepción en el plano sentimental, es probablemente como dijo Andrea, el lugar más romántico del mundo.

lunes, 3 de octubre de 2011

Pasta y Motores en Bolonia

Bolonia y sus alrededores es honoríficamente mencionada en una de las guías de viaje que usamos como una capital culinaria, y así lo comprobamos. Con sólo caminar por algunas de sus calles los olores atraen y abren el apetito.

Luego de una frustrada búsqueda de Restaurante, y luego de descubrir que cierran más temprano de lo que esperábamos para almorzar, llegamos guiados por a la nariz a la Pizzería Altero donde una simpática y energética señora atiende un pequeño lugar de pizzas por trozo parar comer al paso. Ahí nos instalamos a comer trozos de Salsiccia, Funghi, Proscuitto Cotto, Pomodoro y Cioccolato (¡sí! ¡de chocolate!), nos llenamos hasta más no poder a un bajo precio,  acompañados de una cerveza, el incesante paso de clientes y la señora que se entretenía tratando de hacer decir los nombres de las pizzas a alguna norteamericano que nunca lo logró: “¡¡Salsiccia!!” le repetía la señora, él decía “hee, si” con la risa de todos incluido el involucrado. Excelente y divertido lugar.

Más tarde si logramos probar la salsa Boloñesa, que evidente se llama de otra manera en Bolonia, se llama Salsa de Ragú. Al siguiente día seguir comiendo pastas en Trattoria Aldina en la ciudad de Modena, un excelente y escondido lugar en un segundo piso frente al mercado de esta localidad.  También seguimos probando pizzas y ensaladas en Rimini en la costa.


Llama la atención la sinfonía de olores en la cocina Italiana, que por muy variados que sean no molestan. Se mezclan olores dulces de postres y cremas, con café y pastas, que de alguna extraña manera logra una combinación agradable. En general la comida es muy buena y abundante, y se nombra de maneras desconocidas y si se le llama igual, se prepara distinto a lo que uno acostumbra, lo que hace toda una aventura pedir algo del menú. Más de alguna vez nos sorprendimos con un plato que no era lo que esperábamos o suponíamos, pero valió la pena.

Pero como no sólo de pastas vive el hombre…. En los alrededores de Modena está Maranello y Sant'Agata, pequeños poblados rurales que albergan respectivamente las fabricas y  museos de Ferrari y Lamborghini, un sueño para todo quien guste de los motores. Así que tomamos el nuestro pequeño Fiat Panda recién arrendado y nos dedicamos a recorrer estas cunas de autos deportivos.

Primero que nada es agradable la combinación de estos pueblos tranquilo (sobre todos Sant'Agata que parecía casi desierto) con las fabricas de estos super autos, y emociona encontrase en sus calles con un Lamborghini que están probando con carroceria tapada, pasar en contra a un Ferrari o ver estacionados varios de estos modelitos como si fuera normal.

La líneas de producción lamentablemente no se pueden visitar sin haber concertado una cita previamente y una autorización especial para ello, sin embargo los muesos que están en las fabricas despiertan el niño que todo hombre lleva dentro.

El museo de Lamborghini es más austero, pero tiene varias piezas únicas que bien valen la visita. Junto a los nuevos modelos tiene algunos modelos desconocidos y el hasta ahora mítico modelo de Policía que realmente existe. Personalmente el ver de cerca un Countach - que era el auto de mis sueños cuando era niño – es invaluable.



El museo de Ferrari es de mayor producción escenográfica, tiene además de modelos clásico  y nuevos, algunos salones excelentes dedicados a los triunfales F1. Aunque fue muy bueno, lo mejor de todo fue que al lado del mueso hay un Test Car de Ferrari, donde puedes probar un modelo. La experiencia dura como 10 minutos y te acompaña un responsable del lugar que te cuenta un poco del auto y Ferrari en General, y se preocupa que no te pases de la emoción con el acelerador, sobre todo en zona urbana, todo queda registrado en una cámara HD montada atrás.

Quizás para algunas personas es normal ver o subirse a autos como estos, pero para la gran mayoría como yo es una experiencia única. Probé un Ferrari California, llevándolo suave por la ciudad y acelerándolo hasta el fondo en la carretera, no tengo palabras para describir la emoción de esos pocos segundo de 400HP exigidos al limites, pegado al asiento con el sonido del motor al máximo. Tuve la impresionante sensación de aceleraba mucho más de lo que podía imaginar y que no dejaba nunca de hacerlo con la misma fuerza, Andrea que iba en el asiento trasero  sintió que saldría volando del descapotado.



La tracción trasera con esa potencia explica el logo del potro, es una maquina que hay que aprender a manejar, aunque no hice curvas a alta velocidad se sentía como la punta del auto no va ir exactamente a donde quieres, y por tanto para maniobrarlo rápido hay que acostumbrarse un poco.

Definitivamente otro sueño cumplido.

Nota: El B&B en Bolonia fue Albergo Centrale. El lugar es sencillo, nada en especial pero buen relación de precio / calidad, con una excelente ubicación en el centro.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Mestre Entre Campanas y Bicicletas

La ciudad de Mestre no aparece en las guías de turismo ni es famosa por algo en particular, al buscar en Internet hay pocos comentarios y escasos detalles. Al parecer es un lugar sin ninguna gracia que nadie planea visitar o recorrer.

¿Cómo terminamos ahí? Julio, un amigo, nos dijo acertadamente que ese era el lugar para quedarse cuando vas a Venecia, con precios razonables y muy cercano a la ciudad de los canales (en rigor es parte del municipio de Venecia). Así, de boca en boca Mestre se ha convertido en el dormitorio de los turistas y probablemente de muchas personas que trabajan en ello. El resto y gran mayoría de sus habitantes, se dedican al rubro industrial.

Llegando sin ninguna expectativa y sin siquiera un mapa ya que es muy difícil de conseguir algo que no sea de Venecia, nos llamo positivamente la atención. Es un ciudad pequeña con una agradable luminosidad  que proviene de la suma de cielos despejados, edificios de baja altura y una lograda interacción de plazas adoquinadas estilo romano y avenidas arboladas más propias de un poblado provincial.

Tiene un buen transporte público, que combina un correcto entramado de buses con un moderno tranvía monorriel, todo conectado con la estación de tren que te lleva a cualquier parte de Italia y con los vaporettos de Venecia que te dejan en cualquier punto del archipiélago, todo esto genera un ordenado y eficiente sistema de transportes que armoniza con la ciudad.

Pero lo mejor en su transporte son las bicicletas. Hay un uso envidiable de las bicicletas, no importa la edad de las personas, su ocupación o el poder adquisitivo, hay bicicletas de todos tipos circulando, gente vestidas para diversas ocasiones y desde niños hasta ancianos, de todo pasa pedaleando. Este gusto por las dos ruedas esta acompañada de ciclovías y estacionamiento para ellas en todas partes.





Al no tener la presión de los turistas que no hacen más que pasar a dormir, Mestre tiene la libertad de ser ella misma. Sin atractivos que perseguir, la gente se vuelca a estar ahí, haciendo uso y disfrutando de los espacios públicos. En este escenario musicalizado con un campanario que esta siempre presente, la personas que no pedalean pasean por la calles a pie, están en las plazas del centro con los niños, toman spritz (coctel veneciano) por doquier y helados a destajo, y en la noche algunos pequeños bares terminan con las personas brindando en la calle por falta de mesas. La vida aquí resulta apacible, comienza lento en la mañana y termina de poco tarde en la noche, con ritmo que parece natural en esta ciudad sencilla y acogedora.

Es un descanso llegar a un lugar que reemplaza la venta de souvenir por mercados locales, donde se mezcla la venta de frutas con ropa de temporada y las flores. Ahora bien, que no parezca por ello que se le cierra las puertas a las tiendas de moda, las hay en su justa medida. A pocos pasos del mercado ambulante están los representantes de lo más famoso de Milán conviviendo con el comercio local.
Estuvimos aquí algunos días como centro de operaciones para el archipiélago, Verona y un poco más de Mestre de lo que imaginábamos. Es bueno quedarse en el centro, al menos es el lugar que cumple con la historia que cuento (los alrededores de la estación del tren son un poco menos acogedores, sobre todo de noche).



El bed & breakfast fue Cà Del Sale Venice y paradójicamente es dirigido por la que  probablemente sea la única persona apurada de todo Mestre.  No supimos nunca su nombre, se confundió del día que llegábamos y el que nos íbamos, los desayunos fueron un enredo por falta de información. El lugar esta bien ubicado, se sencillo pero cómodo, un departamento con 3 dormitorios en que te entregan las llaves y quedas por tu cuenta. Si estás dispuesto de perseguir al casero, es recomendable.

En mi opinión Mestre merece un tiempo, aunque sea medio día, vale la pena simplemente estar ahí y caminar un poco por sus calles. Me hubiera gustado recorrer en bicicleta, pero no encontré donde arrendar a la vista, son las dificultades de hacer turismo donde nadie más lo hace. Es definitivamente un lugar para vivir.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Milán: La Súper Modelo

Si Roma es orgullosa, Milán es presuntuosa. Es la versión urbana de una súper modelo.

Aquí todo gira en torno al glamour, unificado por el Duomo que debió ser una de la iglesias más atractivas cuando fue construida y que  hoy aparece un poco recargada sin embargo no deja de impresionar y para los más religiosos también conmover.



La ciudad es una gran vitrina, desde el tren subterráneo que está mucho mejor cuidado que el de Roma y rebosante de publicidad de la vanguardia de la moda, hasta las personas que caminan por sus calles como si fuera un entramado de pequeñas pasarelas de cemento (normalmente cemento, ya que incluso había por ahí una alfombra roja que cruzaba avenidas a propósito de algún desfile). Los vendedores y promotores de las tiendas no desentonan y visten mejor que muchos clientes y evidentemente que los turistas como uno que a ratos se siente un poco desencajado y piensa que debiera ir arreglarse un poco antes de volver.

En cualquier lugar Pirelli vende neumáticos y Mercedes o Ferrari venden autos de lujo, pero aquí son  una tienda de moda que comparten escenario con Gucci, Prada o Luis Vouton, por mencionar los más conocidos y fácil de recordar para alguien que nada sabe de alta costura.

Como es de esperar, la estrella de las pasarelas se rodea de personas que quieran rentar con algo de su fama, así junto a todas las tiendas en las que es inevitable terminar sacando las tarjetas de crédito al menos un par de veces, aparece una casta de sangujuelas que busca obtener algo parándose cerca de la maniquí.

Aunque ocurre en todas partes del mundo (lamentablemente en Santiago también), fue en Milán donde intentaron por primera vez estafarnos en este viaje, nos ofrecieron taxi y el conductor muy amable llamó primero a nuestro hospedaje para confirmar la dirección y darnos el precio exacto evitando sorpresas posteriores, lo que parecía muy transparente, pero cuando dio el valor dijo “45  euros” y luego de la mirada que le dimos dijo “es que está muy lejos, son como 30 minutos” recién entendimos el elaborado montaje para ganar la confianza. Para su pesar habíamos averiguado la distancia y sabíamos que eran 5 kilómetros y 10 minutos como máximo, y pese sus intento de bajar el precio hasta la mitad le dejamos para tomar un taxi oficial que cobro 12 euros luego de  seguir obedientemente las instrucciones de un GPS que entregaba la ruta más directa.

También en esta ciudad encontramos una mayor concentración de comercio ambulante, insistencias para que le compres algo a algún vendedor informal y peticiones de donativos para las mas diversas causas.

Queda la sensación que eres más un cliente que un turista y que eres entendido como tal por todos, siendo amablemente ayudado en las tiendas o impresionantemente bien abordado por alguien que logra una donación para campaña contra el VIH y que no acepta menos 10 euros como un aporte razonable. Hay otras cosas en las que funciona eso de que el cliente tiene la razón, por ejemplo para entrar con perros a las tiendas no hay problema (moda que puede haber impuesto Paris Hilton), no hay indicaciones de “no tocar", cuando quisimos sacar alguna foto a alguna vitrina no hubo oposición en general y aunque en Ferrari si protestaron luego el mismo guarda sonrió e hizo un seña para que lo hiciéramos.




Ser atendido como el cliente tiene sus ventajas, fue justamente aquí también donde estuvimos en el mejor Bed and Break Fast que hemos conocido a hasta ahora – Il Girasole – donde Mateo y Nicole te reciben con una cordialidad y cercanía fuera de lo común, en unas dependencias impecables y acogedoras, aunque te quedes sólo un día.




Es probable que esta sea una opinión muy sesgada respecto a una parte de la ciudad. Es un importante motor económico de Italia e imagino que debe haber también un versión cultural, una artística y muy posiblemente una gastronómica, pero al igual como suponemos que una supermodelo debe ser algo más que una cara bonita, la vemos sólo fugazmente, nos contentamos con su bellaza y luego cambiamos de canal. Así luego de poco más de un día, un par de bolsas de compras y varios euros de menos dejamos Milán emborrachado de glamour, esperando que el labil placer del consumo dure al menos hasta que tengamos que pagar la cuenta.