martes, 10 de julio de 2012

Matera y Taormina: El Cálido Sur de la Bota Itálica

Llegar a la mediterranea Matera no es lo más popular para quienes viajan a Italia, la cantidad de turistas disminuye, los atractivos publicitados son menores y la distancia para llegar aumentan, a medida que uno "baja" por la bota y se acerca a Africa el calor aumenta, se tiene la sensación de encontrase con otra Italia. Todo se ve diferente, la vegetación envolvente que acompañan la ruta desde el norte se acerca cada vez más al piso y va desapareciendo para  dejar ver poco a poco tierras más áridas y probablemente menos ricas en recursos naturales para la recolección, sobre todo en los territorios más lejanos de la costa. Sus caminos también se deterioran con la distancia, disminuyendo la señalética, los controles electrónicos, peajes, cantidad de pistas y calidad del pavimento. Entonces ¿por que llegar a Matera?: Inicialmente por sus casas Sassi, esa fue nuestra razón para llegar ahi, pero volvería a ir por otra razón: Manuela y Paolo, los mejores anfitriones de toda Italia.


Llegamos a la región de Basilicata y en el límite con Apulia [Puglia] se encuentra Matera, literalmente tallada en roca. Es la de mayor historia griega, y de las más lejanas de Roma. Uno supone que su distancia física y durante varios periodos también política, sea también una distancia cultural que mantenga estos lugares con caratersisticas de asentamientos fronterizos, donde se confunden las identidades y las adhesiones sean más nominales que escenciales. Creo que fue Carlos Franz quien comentaba una vez que es en las fronteras donde se encuentran los ritos más puros, como repeticiones de forma a veces casi caricaturescos.


Llegamos - previa reserva - al B&B Casastella, lugar donde madre e hijo sin hablar una pizca de español o inglés, se las arreglan para comunicarse con sus pasajeros con el lenguaje más puro de todos, la simple calidez humana. Manuela y Paolo son las personas más acogedoras que conocí en toda Italia, con una simpatía envidiable y una acogedora y muy bien reacondicionada (con excelente gusto) casa Sassi, volvería a ir para compartir mas tiempo con ellos.



Matera, es un lugar especial, donde aun se mantienen los dialectos originales. Menos cosmopolita y más simple, con una tranquilidad, silencio y paz que llega casi al abandono, y en la que se reconoce una pobreza histórica con la que se ha convivido y no se su oculta. Su principal atractivo turístico son las casas Sassi,  son el reacondicionamiento de cuevas esculpidas en roca,  un asentamiento con orígenes prehistoricos que fue evolucionando muy poco y siguió habitado hasta los años 50, luego de 9000 años, fue convirtiendose en un foco de pobreza que acompañaba a la "nueva matera" sobre la quebrada. Re-ubicados sus ocupantes, el desalojado lugar tomo fama gracias a la suma del apoyo de Unesco por recuperar el sitio y la Hollywoodense producción "la pasión de Cristo" que se rodó en el lugar, llevando al mundo la sencilla pero muy atractiva belleza de está quebrada. 





Cercano al lugar se pueden recorrer los campos áridos del sur, y llegar a algunos atractivos como las casas Trulli, extrañas casas como de cuento que no valen mucho la pena el viaje de más de urna hora (yo insistí en ir y me lo cobrarán el resto de la vida).

Personalmente, me gustó Matera. Me atrajo mucho recorrer los extensos barrios Sassi de día y de noche, entre escaleras y cuevas, lugar en que además se han instalados algunos hoteles y restaurantes que tienen su atractivo especial si romper las paz de lugar. Además, hay un sector de pub´s bastante agradable para aprovechar la cálida noche al aire libre. Ahora bien, lo mejor de todo nuestros ya citados anfitriones.

De Matera seguimos a Taormina en Sicilia, este es un balnerario al que vale la llegar. Con una doble ciudad, un pequeña costera unida por un teleférico a una comercial y habitacional montada al cerro, es una excelente combinación. El nivel de su comercio tiene poco que envidiar a Milán o Verona, aunque en menor escala es un pequeño pero lujoso lugar de veraneo con buen clima asegurado casi todo el año. 




De Taormina pasamos brevemente por Palermo, dejando el fiel Fiat Panda en el aeropuerto de esa cuidad para regresar en vuelo Roma de paso y luego Chile. Inolvidable viaje por todo el país.


sábado, 30 de junio de 2012

Costa Sorrentina de Ensueño

Sorrento se encuentra en una de las penínsulas que cierra el golfo de Nápoles, y toda la península es nombrada en su honor, aunque algunos hablan de manera independiente de la Costa Amalfitana. Esta península tiene una geografía accidentada, con escarpadas subidas, quebradas y toda una costa de acantilados que la caracteriza y desde los que cuelgan algunos poblados y varios hoteles. Acompañan a Sorrento, lugares como  Amalfi, Positano y poco distancia en el mar la famosa Isla de Capri.


Sorrento es agradable, con mucha gente, pero agradable. Es un lugar vacacional de menos fama que sus compañeras aunque por la misma razón un buen lugar para quedarse a mejor precio, y con embarque directo a Capri o si se quiere taxis acuáticos a Amalfi y Positano. 



Si vas en auto, puedes maximizar esta relación precio / distancia quedándote un poco más lejos de la costa hacia los cerros (que es lo que nosotros hicimos). Nos quedamos en Relais Diana, el lugar es bastante bueno, a un precio razonable y con una gran vista, aunque un poco difícil de llegar. 

Si bien pensábamos pasar por Nápoles, luego de variados avisos de que es un lugar de cuidado - advertencias tanto de personas que han ido como de los mismo guías italianos -  y de recordadnos que "Nápoles está lleno de Napolitaones", terminamos por saltarlo. No creo que se una tema de Napolitanos, creo que puede ser más algo de la cultura porteña alrededor del mundo.

Llegando a Sorrento ya te enteras de quien manda en las calles. Las motos tienen preferencia ante todo, sea por que son más, por sentido común respecto a quien es más fragil, algún tipo de convención o alguna ley como la marítima donde el vehículo menor tiene la preferencia. Resulta que aquí las motos circulan como si no hubiera nadie más, repletan las calles, se cruzan por doquier, van contra el trafico asumiendo que los otros dejaran espacio. Lo curioso es que nadie se queja, y no se ven accidentes, de alguna manera funciona, y pronto uno se acostumbra. 

Pequeñas motonetas, antiguos Fiat 500, algunos smart y utilitarios montados sobre bases de motos suben las escarpados caminos y bajan a toda velocidad por los serpenteantes caminos entre olivos que crecen como la mala hierba, en un lugar donde no se ven muchas bicicletas, y no es de extrañar, la peninsula de Sorrento es un lugar de encumbrados  y angostos caminos y quebradas, geografia que la caracterisa sobre todo por los acantilidados que dan al mar. 

Como estábamos más lejos del centro, nos encontramos con más vida de barrio, había una fiesta que no entendimos bien de que era organizada por los mismos vecinos, muy grato. 
  
La Isla de Capri es de ensueño, arquitectura mediterránea, vistas maravillosas. Lamentablemente tuve un desencuetro con los encargados de embarcaras a la "Gruta Azul", se lleno nuestro bote y el siguiente lo desechamos luego un rato de espera.  Este sumado a la aglomeración de turistas en el funicular, y el centro apestado de grupos de turistas siguiente a un guía con paraguas levantado, haciendo el quite a los vehículos que cargan maletas de los lujosos hoteles me amargo un poco la tarde (más de lo que ameritaba la situación) . Es difícil arrancar de la turirstas, sobre todo si estas en un lugar turístico, hablas otro idioma, estas de vacaciones y llevas una cámara al cuello. Con la paciencia de Andrea y luego alejarnos un pocos de las calles principales, todo mejoró. Capri es la capital de las vistas y los limones. Lo mejor del día: cerveza y pizza en la costanera.

Desde Sorrento se llega a Amalfi y Positano, a este último dedicamos más tiempo y quedamos enamorados del lugar, caminas por casas y hoteles antiguos que cuelgan de los riscos, y envuelven una pequeña playa pedregosa y transparente. 

Si yo fuera millonario y no necesitara trabajar, creo que no viviría en una mansión con auto de lujo en la puerta, lo haría colgando desde algún risco de Positano y conduciría una Vespa. 

viernes, 3 de febrero de 2012

Viaje al pasado en Pompeya

Si Roma es la "Ciudad Eterna", Pompeya podría se la "Ciudad Sin Tiempo", me hubiera gustado más el seudónimos que le dieron a Roma, pero llegué tarde y ya está ocupado.

Congelada en el 79 DC, ésta ciudad que fue principalmente un núcleo comercial y vacacional es hoy es un museo interactivo del pasado,  un viaje en el tiempo.

Fuimos conduciendo desde Sorrento pensando en estar un par de horas y luego irnos a la playa en Positano o Amalfi, sin embargo el lugar nos atrapó y nos quedamos toda la tarde. Estacionamos casualmente medio desorientados en la salida por "Villa los Misterios" donde aprovechamos de comprar un libro con mapas e historia que fue de gran utilidad en vez de audio-guías, y quedamos perfectamente ubicados para que al salir agotados después de caminar más de 4 horas llegáramos directo al auto. 

Desde el comienzo por la "Vía Marina", la sensación de caminar por calles con un par de miles de año es única, pero la idea de que hay una ciudad completa es aun más atractiva. Así empezamos a recorrer, entrar por una calle y salir por otra, y siempre hay más. Centros cívicos, templos, casas y centro deportivos, avenidas y callejuelas, es interminable y el tamaño permite que un lugar tan turístico a nivel mundial la gente se distribuya a su antojo y puedas estar a ratos totalmente solo en este entorno. Puedes ir a los puntos principales, pero también puedes simplemente estar. 


Pompeya se ha intentado borrar varias veces de la historia y la memoria, por un terremoto en el 62, la erupción del Vesubio en el 79 y según se dice en 1550 por el puritanismo de Domenico Fontana quien luego de re-descubir el lugar lo habría ocultado por los eróticos hallazgos. 

Efectivamente cuando oficialmente es re-re-descubierto en 1748, junto con aparecer una ciudad de un desarrollado urbanismo y la impresionante indemnidad de muchos de sus edificios, aparece un lugar con un notable culto a lo sexual que se expresa en las pinturas publicas y sus prostíbulos, estos últimos evidencian en su estructura lo funcional del acto con pequeños dormitorios (casi cubículos) con camas de piedra que dan a un pasillo de paso. Así todo está articulado en lo justo y necesario para la ejecución rápida del explícito objetivo, muy diferente a los burdeles que uno imagina de la época colonial nacional donde todo una escenografía de fiestas y eufemismos sonaban al son de un piano. Se expresa de esta manera parte de la deshinibida cultura de Pomeya. 


Junto a la sensación de haber saltado 2000 años atrás al pasear por sus calles, es impresionante la conservación de varias de sus casas completas con sus mosaicos y pinturas en las paredes, donde yo estaría feliz de vivir aún en nuestros días.






Finalmente algo que impacta, es ver los cuerpos que gracias a la técnica de Guiseppe Fiorelli quien llenó de yeso los huecos dejados por la carne y huesos inmovilizados en las cenizas, es que hoy podemos ver la reconstrucción del los Pompeyanos al momento de la erupción, hasta el nivel de sus expresiones. Es conmovedor ver estas momificaciones, que han han traído en este salto temporal el sufrimiento de una catástrofe natural contando una historia frente a la vista de una manera pocas veces narrada. Junto a la impulsiva necesidad de tomas algunas fotos, luego la escena llama al silencio y el respecto.


Pomeya es un lugar para descubrir con calma y buenas zapatillas, para detenerse a vivirlo. Esta ciudad interminable para el turista y el arqueólogo sigue teniendo muchos secretos ocultos detrás de una esquina o enterrado bajo cenizas. Las obras de reflote están bastante detenidas ya que se ha vuelto casi imposible preservar todo lo que ya está desenterrado, lo que significa que seguirá guardando novedades para futuras generaciones.