Llegar a la mediterranea Matera no es lo más popular para quienes viajan a Italia, la cantidad de turistas disminuye, los atractivos publicitados son menores y la distancia para llegar aumentan, a medida que uno "baja" por la bota y se acerca a Africa el calor aumenta, se tiene la sensación de encontrase con otra Italia. Todo se ve diferente, la vegetación envolvente que acompañan la ruta desde el norte se acerca cada vez más al piso y va desapareciendo para dejar ver poco a poco tierras más áridas y probablemente menos ricas en recursos naturales para la recolección, sobre todo en los territorios más lejanos de la costa. Sus caminos también se deterioran con la distancia, disminuyendo la señalética, los controles electrónicos, peajes, cantidad de pistas y calidad del pavimento. Entonces ¿por que llegar a Matera?: Inicialmente por sus casas Sassi, esa fue nuestra razón para llegar ahi, pero volvería a ir por otra razón: Manuela y Paolo, los mejores anfitriones de toda Italia.
Llegamos a la región de Basilicata y en el
límite con Apulia [Puglia] se encuentra Matera, literalmente tallada en roca. Es la de mayor historia griega, y de las más lejanas de Roma. Uno supone que su distancia física y durante varios periodos también política, sea también una distancia cultural que mantenga estos lugares con caratersisticas de asentamientos fronterizos, donde se confunden las identidades y las adhesiones sean más nominales que escenciales. Creo que fue Carlos Franz quien comentaba una vez que es en las fronteras donde se encuentran los ritos más puros, como repeticiones de forma a veces casi caricaturescos.
Cercano al lugar se pueden recorrer los campos áridos del sur, y llegar a algunos atractivos como las casas Trulli, extrañas casas como de cuento que no valen mucho la pena el viaje de más de urna hora (yo insistí en ir y me lo cobrarán el resto de la vida).
Personalmente, me gustó Matera. Me atrajo mucho recorrer los extensos barrios Sassi de día y de noche, entre escaleras y cuevas, lugar en que además se han instalados algunos hoteles y restaurantes que tienen su atractivo especial si romper las paz de lugar. Además, hay un sector de pub´s bastante agradable para aprovechar la cálida noche al aire libre. Ahora bien, lo mejor de todo nuestros ya citados anfitriones.
De Matera seguimos a Taormina en Sicilia, este es un balnerario al que vale la llegar. Con una doble ciudad, un pequeña costera unida por un teleférico a una comercial y habitacional montada al cerro, es una excelente combinación. El nivel de su comercio tiene poco que envidiar a Milán o Verona, aunque en menor escala es un pequeño pero lujoso lugar de veraneo con buen clima asegurado casi todo el año.
De Taormina pasamos brevemente por Palermo, dejando el fiel Fiat Panda en el aeropuerto de esa cuidad para regresar en vuelo Roma de paso y luego Chile. Inolvidable viaje por todo el país.
Gustavo Villablanca F.
Gustavo Villablanca F.